58/2015 “El Niño” 2015: diferente a eventos anteriores y con baja predictibilidad

Ensenada, Baja California, México, 2 de octubre de 2015. Por ser un evento “El Niño” diferente a los ocurridos en años anteriores, es baja la capacidad de predecir si habrán lluvias intensas en la próxima temporada invernal. Sin embargo, los cambios de hábitat y la redistribución de especies marinas provocadas por este fenómeno indican que el mayor impacto esperado, en cuanto a afectación en pesquerías, será de orden económico.

Paralelamente, en cuestiones de prevención a la población, se anunció la actualización, por parte de personal del CICESE, del Atlas Estatal de Riesgo de Baja California el año pasado, y la entrega este año de versiones actualizadas de estos atlas para las ciudades de Tijuana (hace dos semanas), Mexicali y Rosarito. Se desconoce si las autoridades de Ensenada procedieron a actualizarlo.

Lo anterior fue informado hoy en el seminario “Los efectos de ‘El Niño’ en Baja California”, organizado por el Departamento de Oceanografía Física del CICESE, en el cual participaron los investigadores Oscar Sosa Nishisaki (especialista en Ecología Pesquera), Edgar Pavía López (climatología) y Luis Humberto Mendoza Garcilazo (riesgo sísmico), y en donde se presentó un portal informativo sobre “El Niño” que el CICESE estructuró para dar seguimiento a este fenómeno natural, y que describe sus impactos tanto en el clima de la región como en otros aspectos oceanográficos.

El coordinador de los seminarios de Oceanografía Física, el Dr. Cuauhtémoc Turrent Thompson, especialista en el tema de “El Niño”, al presentar los motivos tanto el seminario como el portal web, dijo que desde mediados de agosto las agencias norteamericanas anunciaron la persistencia, con 90 por ciento de probabilidad, de un evento “El Niño” durante toda la temporada invernal, con magnitud mayor o igual que en 1997-1998, el más intenso históricamente registrado.

Lo anterior, en México está provocando un fenómeno mediático y social, y una alta preocupación en las ciudades de Baja California. La gente, sobre todo en Tijuana, piensa que se avecina una gran tormenta de dimensiones apocalípticas. Por eso la necesidad de compartir la información científica a través de pláticas multidisciplinarias como este seminario, y a través de Internet para que llegue a públicos masivos.

El Dr. Oscar Sosa explicó que “El Niño” es un fenómeno que se presenta en la región ecuatorial del océano Pacífico, caracterizado por un aumento en la temperatura superficial del mar. Esta agua cálida se traslada de oeste hacia el este, y al cabo de unos meses llega a la parte central del continente americano (sur de Ecuador, Perú y norte de Chile). De ahí se distribuye hacia el resto del continente, aumentando, al norte, la temperatura superficial frente a las costas de Baja California.

Esto, además de provocar anomalías en la altura de mar, en la temperatura superficial y en las corrientes, hace que la termoclina baje de profundidad y altera otro fenómeno oceanográfico conocido como surgencia, que favorece en condiciones normales el aporte de nutrientes desde las aguas profundas hasta las superficiales cerca de la costa.

Frente a las costas de California y de Baja California existen dos especies de peces pelágicos menores: la anchoveta, que se beneficia con temperaturas más altas, y la sardina, que prefiere las temperaturas bajas.

Con “El Niño”, las zonas de desove de la sardina se desplazan más al norte, y los stocks pesqueros se redistribuyen porque enfrentan el estrés provocado por los cambios en el medio ambiente. En este momento, dijo el Dr. Sosa, sabemos que la biomasa del stock localizado frente a las costas de Oregon está disminuida, pero con la presencia de “El Niño” no sabemos qué va a pasar.

Explicó que un efecto de esta redistribución es que las poblaciones pueden quedar fuera del alcance de las artes pesqueras simplemente porque se localizan a mayor profundidad. Otro efecto es la presencia de especies como el tiburón martillo en Isla Guadalupe, siendo que su distribución antes era más costera y más al sur. El dorado y el jurel también se redistribuyen, y esto si bien puede beneficiar a pescadores en regiones más al norte, las vías de mercado para su comercialización no son las mismas a las que están acostumbrados.

Ciertas algas como el sargazo gigante (Macrocystis pyrifera) disminuyen su densidad durante un evento “El Niño” porque sus órganos de fijación se debilitan y las algas se desprenden. Con ello, estos mantos dejan de funcionar como generadores de ecosistemas. En maricultivos, los ranchos atuneros pudieran verse afectados, las temperaturas altas asociadas a “El Niño” pueden disparar la presencia de mareas rojas. Habrá productores que puedan mover sus cercos, pero con un alto costo económico.

Resumió que los mayores impactos por la presencia de “El Niño” son el cambio de hábitat y la redistribución de especies, y esto generará afectaciones principalmente de orden económico. Desde el punto de vista climatológico, los estudios que el CICESE ha hecho sobre “El Niño” han llevado a ciertas conclusiones, las cuales fueron explicadas por el Dr. Edgar Pavía López. Hasta antes del año 2000, la correlación entre el llamado índice de oscilación austral y el índice de precipitación en Ensenada era bastante alta. Dos de cada tres veces en que se pronosticaban fuertes precipitaciones durante un evento “El Niño”, el pronóstico era acertado. Pero después de ese año notaron que esta correlación ya no era tan alta.

Actualmente están trabajando con un nuevo modelo que les ha permito concluir algunos puntos: al parecer, los períodos de sequía no están asociados solamente a la presencia de eventos “La Niña”; en contraste, cuando se presentan repetidas temporadas lluviosas, éstas están asociadas a eventos frecuentes “El Niño”. Estas determinaciones dificultan la predictibilidad de “El Niño” a largo plazo, especialmente respecto a sequías. El problema, indicó el Dr. Pavía, es que se trabaja con registros de datos muy cortos, de aproximadamente 65 años. De ahí la necesidad de seguir midiendo varios parámetros para afinar estos modelos.

Por su parte, el M.C. Luis Humberto Mendoza Garcilazo habló sobre los riegos que implica para los centros urbanos un evento como el que se anuncia.

Habló sobre los procesos de afectación, los daños esperados ante lluvias intensas, y sobre las acciones que se espera que apliquen los gobiernos estatal y municipales en los meses próximos.

Las afectaciones pueden ir, dependiendo de la intensidad de las lluvias, desde encharcamientos urbanos hasta la saturación del terreno. Puede haber debilitamiento de taludes y, con ello, de muros, bardas y cimientos; riesgo de avenidas rápidas en zonas sin infraestructura. También ocurrencia de erosión, caídas de piedras y flujos de lodo.

En caso de lluvias torrenciales con el suelo saturado podría haber daños en las márgenes de arroyos crecidos, erosión de tanques desarenadotes e infraestructura pluvial , así como caída de muros, bardas y casas en zonas muy expuestas en laderas. Explicó que el problema en Tijuana son los asentamientos en cauces y laderas donde los suelos permiten el paso de agua. Estas capas superficiales están asentadas en suelos más profundos que ya no permiten ese flujo. En esas zonas de contacto es donde pudieran producirse estos deslizamientos si la pendiente es lo suficientemente pronunciada.

Dijo que personal del CICESE entregó en 2014 el Atlas Estatal de Riesgo de Baja California actualizado. Este año se actualizaron el de Mexicali, Rosarito y Tijuana (que entregaron hace dos semanas). A pregunta expresa dijo desconocer si las autoridades municipales de Ensenada actualizaron el atlas local.

Respecto al portal informativo sobre “El Niño”, puede ser consultado en http://elnino.cicese.mx/