75/2016 “Ventanas al cerebro”, un proyecto para ofrecer diagnósticos y tratamientos basados en el uso de la luz

Ensenada, Baja California, México, 18 de noviembre de 2016. Patrocinado por la National Science Foundation (NSF) y el CONACYT, el proyecto “Ventanas al cerebro”, que se enfoca en el desarrollo de implantes de una cerámica transparente (zirconia) para reemplazar secciones del cráneo que permitan acceso visual al tejido cerebral para, en casos de traumatismos y otras lesiones cerebrales, ofrecer diagnóstico y tratamientos basados en el uso de la luz, cumplió un año de investigación y está avanzando conforme a lo programado.

En este proyecto participan nueve investigadores en total: tres mexicanos y seis de la Universidad de California en Riverside (UCR), quienes en septiembre sostuvieron su primera reunión anual de evaluación en el campus de esta universidad, según informó el Dr. Santiago Camacho López, investigador del CICESE y líder de la parte mexicana de “Ventanas al cerebro”.

A esta reunión asistieron los investigadores responsables de los diferentes frentes que integran la propuesta, la mayoría de los estudiantes de posgrado que también participan y dos asesores externos cuyo trabajo es evaluar los progresos del proyecto y opinar sobre nuevas posibles rutas que éste pudiera tomar.

Aseguró que “la parte técnica afortunadamente no ha tenido ningún problema y se está avanzando bien”. Sin embargo, reconoció que el único contratiempo surgió con la adquisición de un láser, pero por cuestiones más bien administrativas.

“Ventanas al cerebro” es un proyecto que empezó formalmente en octubre de 2015 en el marco del programa conjunto NSF-CONACYT denominado Partnership for International Research and Education (PIRE). Tiene una vigencia de cinco años y patrocinio de ambas entidades por un monto superior a los 5 millones de dólares.

Por la UCR participan los doctores Guillermo Aguilar (líder por la parte estadounidense), Javier Garay, Lorenzo Mangolini, Masaru Rao, Huinan Liu y David Binder. Por parte de las instituciones mexicanas figuran los doctores Santiago Camacho (líder por la parte mexicana) del CICESE; Juan Hernández Cordero, del Instituto de Investigaciones en Materiales de la UNAM, y Rubén Ramos García, del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE).

El proyecto consiste básicamente en utilizar láminas delgadas (obleas) de una cerámica transparente – óxido de zirconio dopado con itrio, conocida también como YSZ–, como implantes en secciones del cráneo. La transparencia de este material permite tener acceso visual al tejido cerebral, convirtiéndolo en una excelente plataforma de usos biomédicos, tanto de diagnóstico como de tratamiento.

El propio Santiago Camacho López, quien es actualmente jefe del Departamento de Óptica del CICESE, ha destacado que el campo de la óptica y la fotónica permite desarrollar técnicas no invasivas que están revolucionando las terapias. Tal es el caso de diagnósticos basados en el uso de láseres, así como técnicas terapéuticas como la optogenética y terapias fotodinámicas. Incluso esta plataforma de “Ventanas al cerebro” podría aplicarse en el estudio de otras patologías, como el Parkinson y Alzheimer.

Sobre la reunión en Riverside, dijo que participaron como panel evaluador los doctores John Viator, director y profesor del programa de Ingeniería Biomédica de la Universidad de Duquesne en Estados Unidos, y Eugenio Méndez Méndez, director de la División de Física Aplicada del CICESE, quien acudió en sustitución de Emannuel Haro Poniatowski, físico del estado sólido y materiales de la Universidad Autónoma Metropolitana.

Aprovechando que la reunión se realizó en la UCR, además de las presentaciones orales de investigadores y alumnos de posgrado, y de participar en la sesión de carteles, algunos estudiantes mexicanos visitaron y conocieron cada uno de los laboratorios de esta universidad que participan en el proyecto.

De hecho, consideró que el número de estudiantes que participan en el proyecto es destacado: 36 en total, de los cuales 50 por ciento son mexicanos y, de ellos, cuatro del CICESE.

“Una parte importante en este proyecto es la movilidad, tanto de estudiantes como de investigadores. Por lo tanto, es muy importante que los estudiantes se vayan involucrando y estén enterados exactamente sobre qué posibilidades de interacción existen con los laboratorios de la contraparte”, indicó finalmente Santiago Camacho.