54/2018 Identifican y buscan soluciones a las grandes amenazas que enfrentan los mares mexicanos

Ensenada, Baja California, México, 23 de agosto de 2018. El cambio climático, la sobreexplotación pesquera, la falta de atención a las especies endémicas, la contaminación marina de origen terrestre, el desarrollo mal planeado de nuestros destinos turísticos, así como la exploración, explotación y transporte de hidrocarburos, son las grandes amenazas que enfrentan hoy en día los ecosistemas marinos mexicanos.

Esto quedó de manifiesto durante a apertura del segundo taller que organizó aquí la Red CONACYT de Océano, Clima y Cambio Global, en donde los participantes coincidieron, en mayor o menor grado, en un solo aspecto: que la ciencia debe vincularse más estrechamente con la sociedad; debe abordar los retos que tenemos como sociedad y como país, y que lo debe hacer con un enfoque más dinámico, con inventiva y creatividad, con más dedicación a la solución de estos problemas.

Porque los retos que tenemos (los investigadores y las instituciones académicas) son muy grandes. Como dijo Edgar Pavía López, director de la División de Oceanología del CICESE, “debemos buscar la salud del medio ambiente, en particular de los océanos, y esta red se aboca a identificar y resolver los problemas climáticos y del cambio global que son cruciales para el país y para el mundo”.

Esta red temática del CONACYT la preside la Dra. Norma Patricia Muñoz Sevilla, del Instituto Politécnico Nacional. La integran unos 150 especialistas de la academia, del gobierno, del sector privado y de la sociedad civil (136 son investigadores mexicanos provenientes de 36 instituciones) de 18 estados de la república mexicana. Cuenta además con la participación de 15 investigadores franceses de ocho instituciones y con el apoyo de la embajada de Francia en México.

Para Patricia Muñoz, abordar el tema de los mares y costas mexicanos es importante porque se trata de un tema olvidado, que no se ha tratado. Un tema en el que se hace mucha investigación en el país pero que no tiene el reconocimiento implícito de su importancia por parte del gobierno.

Puso como ejemplo la famosa Política Nacional de Mares y Costas de México, un documento aprobado en 2012 y publicado en su momento por la SEMARNAT, pero que nunca tuvo ningún decreto oficial por lo que, a seis años de distancia, no es más que un instrumento que no es ley ni está activo.

La red está estructurada en tres regiones: la Noroeste, que es la más poderosa hablando de investigación en temas de océanos, mares y costas. La Centro y Pacífico Sur, que ha costado mucho trabajo desarrollar porque incluye Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Michoacán, que casi no tienen recursos humanos ni instituciones académicas. Y la del Golfo de México y Mar Caribe, una zona muy compleja, con vocación diferente y que hoy está sufriendo la llegada masiva de sargazo a sus costas, provocando enormes pérdidas económicas, daños al medio ambiente y a la salud de sus habitantes.

Es precisamente este tipo de problemas lo que obliga a trabajar de manera colaborativa, dijo la doctora Muñoz Sevilla. Un solo investigador no puede; una sola institución, tampoco. Tenemos que recurrir la multidisciplina, a la interdisciplina, a la transdisciplina, y olvidarnos de la monodisciplina con la que hemos venido trabajando todos los investigadores en este país.

Así, esta red se ha enfocado primero en elaborar un diagnóstico de nuestros mares y costas. Ya con él, lo siguiente es estructurar propuestas, acciones y resoluciones, y ya después se buscará el apoyo del gobierno, “porque la ciencia sin el apoyo de quienes toman decisiones puede quedar en un cajón, en informes, pero no en la solución de los problemas nacionales”.

Sobre lo que no se ha hecho en el país en investigación, dijo haber detectado la falta de grupos en el tema de mitigación, quizá no porque no haya, sino porque quienes hacen este tipo de estudios no están todavía en la red.

Informó que Rubén Lara, del CICESE, es el responsable de conformar un grupo y el proyecto sobre acidificación de los océanos, y que esta red y el CEMIE-Océano (coordinado por la UNAM) están comprometidos a encontrar soluciones a corto, mediano y largo plazo en el problema del sargazo, para lo cual se requiere hacer investigación permanente.

Ambos temas están englobados en la problemática del cambio climático, por lo que surgió la pregunta de cuáles son, además de éste, las grandes amenazas que enfrentan los ecosistemas marinos en México.

Patricia Muñoz consideró: Una de ellas puede ser la sobreexplotación pesquera, que ha tenido una gran intensidad sobre todo en el Golfo de México. Otra es la falta de atención que han sufrido las especies endémicas, sobre todo en el Golfo de California. Y puso como ejemplo la vaquita marina, que hoy dicen que quedan menos de 20 ejemplares.

La contaminación marina es una más. Por lo menos 80 por ciento de esta contaminación proviene de fuentes de origen terrestre. “Todo lo que viene de las cuencas altas de los ríos llega tarde que temprano al mar y se incorpora. De ahí la contaminación”.

Otra es el desarrollo mal planeado de las zonas costeras. “Seguimos el modelo de ‘sol y playa’, que nos encanta. Construimos hoteles al borde de la playa, sin una planificación de dejar siempre una zona de amortiguamiento porque nos encanta salir de la habitación y meter un pie en el mar. Este modelo es muy destructivo. Ha causado grandes deforestaciones de manglares y de bosque tropical. No podemos seguir construyendo ese tipo de desarrollo. Tenemos que planear. Pero de nada nos sirve hacer ordenamientos marinos si no tenemos planes de manejo. Y si hacemos planes de manejo y no tenemos quién los aplique, pues tampoco. ¿Para qué declaramos áreas naturales protegidas en todo el Caribe Mexicano si no hay quién se ocupe del Caribe Mexicano? Tenemos que aprender a la no simulación, a realmente tomar acciones, a planear el desarrollo. Recuerden: no hay ningún desarrollo que no tenga un impacto ambiental. Ninguno. No existe el desarrollo perfecto. Pero podemos minimizar los impactos. Si tenemos minimizados los impactos podremos tener un beneficio económico y social”.

También se refirió al Golfo de México y su amplia vocación de hidrocarburos “que ha generado problemas de seguridad muy grandes que tampoco hemos sabido atender. ¿Recuerdan el derrame del Ixtoc? Búsque en la literatura cuántos artículos sobre ese derrame se desarrollaron en México. ¿Qué seguimiento le dimos al problema? ¿qué daños tenemos en nuestro ecosistema? Sin embargo, vaya al otro lado e indague. ¿Qué acción tuvimos cuando la explosión del pozo DeepWater Horizon? Estados Unidos movilizó casi 400 embarcaciones y más de 500 kilómetros de redes para contener. ¡Nosotros estábamos peleando en SEMARNAT por un recurso para que saliera el barco! Y dos semanas después, cuando el petróleo ya estaba en todo el Golfo de México”.